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La evolución de los vestidos de alta costura

Los primeros centros de moda

Los expertos datan los primeros centros de vestidos de alta costura en Milán y París durante el siglo XVIII. Era una época en la cual el nombre del autor del vestido tenía poca importancia y se valoraba más su procedencia o la calidad de sus telas. Prácticamente se hablaba más de los colores que del vestido en sí.

Es de sobra conocido que durante diferentes épocas el color del vestido fue considerado tema trascendental para ir a la moda. Incluso se enviaban espías para ver cuáles eran los colores del momento, como el mítico color pulga durante el reinado de Luis XVI.

Alta costura en la corte

En el siglo XVIII los vestidos de alta costura estaban en la corte. Estamos hablando de una época en la que el monarca y los aristócratas ostentaban un poder absoluto sobre su pueblo, antes de la revolución francesa. A partir de la revolución francesa se abrirían las puertas a que los vestidos de alta costura llegaran a diferentes partes de la población.

Sin embargo, antes de la revolución francesa destacó el primer nombre que pasará a los anales de la historia por ser la más reconocida confeccionista de alta costura. Estamos hablando de Marie-Jeanne d’Abbeville, que bajo el pseudónimo de Rose Bertin comenzó su andadura haciendo sombreros. Uno de esos sombreros llamó la atención de la duquesa de Chartes que a su vez se la presentó a la emperatriz María Teresa de Austria.

María Teresa de Austria estaba preocupada por su hija María Antonieta, ya que según palabras de su madre “sabe de todo menos vestirse”. María Antonieta fue vestida con la alta costura de Rose Bertin y se convirtió en la comidilla de toda Francia.

De esta manera, Rose Bertin, acabó haciendo vestidos para la nobleza de toda Europa: algunos de los vestidos pintados por Goya de La familia de Carlos IV son de su diseño, trabajó para la reina sueca, la nobleza británica y hasta la zarina de Rusia. Los primeros vestidos con firma de su diseñadora.

La primera pasarela

En el año 1858 Charles Frederick Worth estableció su tienda en el número 7 de la Rue de Paix de París. La primera casa de vestidos de alta costura del mundo. En ese momento Charles Worth tuvo la idea de que los modelos deberían estar vivos para ver en todo su apogeo los vestidos y ropas de creación propia.

En el año 1868 Charles Worth y una serie de autores de ropa de alta costura crean la Federación de Alta Costura y de la Moda (FHCM son las siglas en francés). Se empiezan a realizar los primeros desfiles dónde no falta el recelo y el espionaje industrial.

La moda durante el siglo XX

Durante el siglo XX podemos hablar de la alta costura en mayúsculas con autores muy representativos. Vamos a desgranarlos por años y por tendencias:

1900

La época del corsé. Una prenda que servía para dar voluptuosidad a las partes superiores e inferiores del cuerpo de la mujer y resaltar sus líneas. Un elemento de la moda que incluso provocó muertes por asfixia. Algunos de los autores más reconocidos de la época e influenciados por el Art Nouveau fueron Mariano Fortuny, Paul Poiret o Jeanne Lanvin.

1910

La falda trabada. Paul Poiret declaró la guerra al corsé e inventó este nuevo método. Sin embargo, era tan estrecha que las mujeres solo podían andar dando pequeños pasos. El modista llegó a decir “he liberado sus torsos, pero les he atado las piernas”. Esa moda duró poco y otros autores llenaron su vacío como Madeleine Vionnet o Jean Patou.

1920

Coco Channel se inspira en Jean Patou y en los vestidos de punto para revolucionar el mundo de la moda, convirtiendo el negro reservado a las sirvientas en algo chick. Es un momento de apogeo. La alta costura se fija en los espectáculos de variedades y nace el estilo Flapper.

1930

Fueron años duros por la Gran Depresión, pero eso no imipidió que la alta costura siguiera evolucionando. Madelenne Vionnet y sus vestidos de seda cortados al bies, deslumbraron por su glamur en la gran pantalla.

1940

Una verdadera revolución tras la segunda guerra mundial: llega el bikini. Los vestidos de baño de dos piezas se ponen de moda inventados por Jacques Heim, dando lugar a mucho que hablar y a muchas críticas hasta el día de hoy, dónde en algunos países sigue estando prohibido.

1950

El New Look o la época dorada de Christian Dior. Derroche de tejidos y faldas con vuelo. Se acabaron las penurias de la guerra y volvía la alta costura. Dior marcó una época y un estilo, tanto es así que en 1949 Christian Dior cubría el 75% de la exportación francesa.

1960

Llegó la minifalda. El mérito se lo atribuyen dos artistas de vestidos de alta costura: Mary Quant y André Courrèges. Eran épocas de reivindicación revoluciones y cambios sociales y las mujeres tenían ansias de libertad.

1970

El estilo disco dominaba Nueva York, tacones y telas sintéticas. En cambio, en Londres reinaba el estilo Punk liderado en la ropa por Vivienne Westwood y Malcolm McLaren.

1980

El estilo sintético fue dando paso a la nueva prenda de moda: los leggins. En el mundo laboral, las mujeres rompieron parte del techo de cristal y se fueron incorporando a puestos con mayor responsabilidad, lo que trajo nuevos códigos de vestimenta como la falda y la chaqueta con grandes hombreras.

1990

Sobriedad y tejidos básicos de calidad de grises, blancos y negros. Las top models son desplazadas por modelos de aspecto más andrógeno. Empiezan a destacar los grandes autores Calvin Klein, Donna Karan, Marc Jacobs o Marc Lauren respaldados por la revista Vogue.

La alta costura en la actualidad

¿Qué vino en los años 2000 y el 2010? Pues primero el chándal y después la tendencia llamada Athleisure. Vestir con ropa cómoda no para hacer deporte, sino para ir más “cool” y los pantalones pitillo se impusieron fuertemente.

Aunque los pitillos están desapareciendo y van dando paso a ropa más ancha aún se siguen viendo, pero la alta costura sigue su propio camino. Como hemos visto la última pasarela de París, los vestidos exclusivos de diseño para ocasiones especiales, las lentejuelas, los colores imponentes vienen con fuerza. Balenciaga y Roseberry han apostado por el punto y el tejido artesanal reivindicando un espacio para la creatividad en el mundo de la moda cada vez más estéril.

¿Y qué mejor que tener un traje hecho a medida y cómo tú quieres? En Nataliya Fashion Atelier lo hacemos posible.

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